miércoles, 5 de junio de 2013

Grita


GRITA

Si tienes miedo, grita

Si estás harto de falsos parajismos, grita

Si ese corsé que no elegiste te oprime más de la cuenta, grita

Si crees que la amabilidad es incompatible con un chorro de aceite hirviendo cayendo sobre tu espalda, grita

Y si el aceite está templado, también puedes gritar

Si te hacen daño, grita

Si tu insignificancia pesa demasiado,

Si te niegan el derecho con la diplomacia de las hienas, grita

Si estás cansado de las caras de acelga mustia, incluyendo la tuya propia, grita

Si te aplastan el pie por vigésimo quinta vez con un carrito de bebé, grita. Y si es la primera, también tienes derecho a gritar. Tú si quieres, grita.

Si te cansa lo políticamente correcto,

Si no te satisface quien debería hacerlo,

Si sospechas que tu vecina del quinto está empezando a transformarse en una simpática mantis religiosa, grita

Si la contractura de tu espalda te dice abiertamente que quiere ser tu amiga para siempre, entonces grita. Con tranquilidad, pero tú grita

Si te equivocaste,

Si escoció demasiado saber que todo lo que haces o dices tiene unas consecuencias,

Si ya tomaste conciencia de que has empezado  a morir,

Si llegaste a la conclusión de que eres el único responsable de tus actos,

Y si, a pesar de todo, crees que hay esperanza,

GRITA